Entre los legados que dejaron las culturas precolombinas como la tiwanacota y la incaica tenemos la deshidratación de alimentos. Proceso de preservación que ayuda a almacenar los alimentos por largas temporadas.
Además de los productos que, normalmente, se secan y guardan en otras partes del mundo, en Bolivia se pueden encontrar:
El chuño, que se obtiene mediante un proceso rústico de extracción de humedad que consiste en extender papas del mismo tamaño sobre el suelo cubierto de paja, dejar que se congelen durante tres noches, aproximadamente, secarlas a sol, pisarlas con los pies para terminar de extraer la humedad restante y volverlos a congelar ( éste proceso se conoce científicamente como liofilización). Se puede conservar por meses, incluso años, para cocinarlos se los pone a remojar hasta que estén blandos, se les quita los restos de cáscara que suelen quedar y se los lava varias veces para que no tengan sabor amargo, se cocinan en agua con sal. El chuño se sirve como guarnición de varios platos típicos, se pueden servir enteros, “pellizcados” (cortado manualmente en pequeños pedazos de similar tamaño) o machucados en batán (ideal para sopas)
La tunta también conocida como “chuño blanco” pasa por un proceso similar de elaboración: se hacen congelar las papas en una noche de helada, al día siguiente se les extrae la humedad pisándolas, luego se las mete en bolsas de plástico permeable para dejarlas sumergidas en agua de río o laguna a la hora de ponerse el sol para mantener el color blanco. La tunta se cocina al vapor y se sirve como guarnición.
Es muy común servir chuño o tunta “pellizcados” y mezclados en una salsa hecha con maní molido como acompañamiento de “picantes” (platos especiales que se elaboran con cebollas, ajíes y alguna carne.)
El charque: se hace tradicionalmente de carne de llama pero también se puede hacer de carne de res, cordero, incluso pescado. Lo tradicional es filetear la carne tratando de sacarle la mayor cantidad de grasa posible, secarla colgada al sol protegiéndola de moscas con telas hasta que quede completamente seca, por lo general, se la guarda cubriéndola con sal común entre capa y capa. Se cocina en agua, sin sal, una vez cocido se lo machuca, desmenuza y fríe en aceite caliente, para el plato conocido como charquecan se lo sirve con papas cocidas con cáscara, queso criollo, maíz cocido (mote), huevos duros y llajua (salsa picante a base locoto y tomate), el charque de res se usa mucho en la cocina oriental por ser una excelente opción para guardar carne.
La chalona es charque de cordero y se la utiliza mucho en sopas.
La caya es una especie de chuño hecho con oca.
El mocochinchi es durazno pelado seco, sirve para hacer refresco: se remoja el mocochinchi en agua hasta obtener una especie de almíbar, a parte, se deja hervir agua con canela, cuando el mocochinchi esta hidratado se lo integra al agua de canela y se deja hervir un poco más, se sirve frío.
Afortunadamente Bolivia es un país con una gran producción agrícola, se pueden comprar alimentos frescos a diario, sin embargo, estos productos deshidratados y otros como los ajíes y granos son parte importante de la gastronomía boliviana