Visitamos al artesano Juan Carlos Ramírez en su taller de tallado en madera. Este joven paceño, que aprendió el oficio de su padre, lleva casi 20 años dedicándose al arte del tallado.
Con diseños propios y pedidos especiales, Juan Carlos trabaja a gusto en el taller que fue de su padre. Nos cuenta que empezó muy pequeño lijando las bases de los trabajos que su papá hacía y, de a poco, se fue especializando.
“Prefiero los diseños estilizados y tridimensionales pero hago de todo, lo bueno es que mi trabajo es relajante y a veces pierdo la noción del tiempo…Cuando viajé a Brasil aprendí a hacer marquetería, me gusta, pero prefiero hacer mis tallados”
Recientemente Juan Carlos se animó a tallar en troncos rústicos que él mismo recoge de los parques “A veces, cuando estoy caminado veo que están cortando los árboles de los parques o las calles, los recojo y los traigo a mi taller”, incluso rescató un pedazo del tronco de la enredadera de su casa y lo utilizó para tallar la figura del Ekeko que planea mandar a un concurso municipal.
Actualmente el artesano trabaja solo pero emplea ayudantes cuando tiene un pedido grande.
Según nos cuenta, conseguir buena madera esta cada vez más difícil, “La mejor madera se la llevan fuera, aquí se quedan solo las sobras, dicen que hay mucho contrabando. Antes trabajaba con madera mara, ahora es muy difícil de conseguir… últimamente estoy trabajando con cedro blanco que traen del Beni” (departamento amazónico de Bolivia).
Una vez que tiene la madera, el artesano dibuja a mano alzada el diseño y empieza a calar…valiéndose de gubias y formones va dándole forma a la pieza, la pule y le da el acabado que requiere.
Según nos cuenta, tallar troncos es muy interesante porque encuentra diferentes tonalidades y cuando la pieza esta terminada tiene un brillo muy especial.
Juan Carlos Ramírez ama su arte y quiere compartirlo con el mundo.
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