El aguayo tradicional es un tejido, hecho a mano, utilizado por las mujeres del altiplano de Bolivia y Perú. Se lo puede hacer a base de lana de llama, oveja o de alpaca y se lo tiñe con tintes naturales.
El aguayo es muy resistente, lo utilizan para cargar a los bebés en la espalda, para transportar los efectos personales, las mercancías. Además de ser estético y de simbolizar a una región es muy usado en el cotidiano de la gente del altiplano.
Hoy en día existe el nombre de tejido de aguayo industrial, teñido con productos químicos. Estos últimos son menos resistentes y más caros.
En ciertas regiones continúan tejiendo el aguayo de manera tradicional: en los alrededores del Lago Titicaca (incluyendo la ciudad de La Paz), en Oruro, Cochabamba, Potosí y Chuquisaca. Cada región posee sus propias especificidades: empezando por el surrealismo del tejido de Potolo en Chuquisaca (o Jalq’a), pasando por elegancia del aguayo de Macha en Potosí y terminado en el extravagante tejido de Tarabuco.
- el tejido de Jalq’a es considerado el más bello de Bolivia. Se caracteriza por la predominancia de figuras y por una ausencia casi total de formas simétricas. En colores oscuros y sin contrastes, los artesanos representan animales salvajes: los khurus. Estos tejidos nos dan una visión caótica del un universo (continuo, sin ejes, sin iluminación y difícil de percibir).
- los textiles de Calcha (los más representativos): son piezas donde predomina el negro, con detalles de « pallai » casi blancos, y con franjas rojas, verdes, lilas y amarillas.
- el textil de Amarate: Se caracteriza por la predominancia del rojo con blanco y por la ausencia de representaciones animales, con algunas excepciones.
El tejido se puede confeccionar de tres formas:
El tejido vertical: los hilos son extendidos verticalmente en relación al sol.
El tejido horizontal: oblicuo o rústico: es la técnica más simple, donde los hilos deben extenderse sobre una barra en relación al sol.
El telar de cintura: la parte superior del telar está sujeta a un punto fijo y la parte inferior a la cintura de la tejedora, a fin de controlar la tensión del tejido.
A causa de la falta de interés en estas técnicas y en los diseños tradicionales, más costosos en tiempo y en saberes, estos tejidos tendieron a desaparecer. Pero, hoy en día existen muchos proyectos que permiten establecer un equilibrio entre el comercio y el arte. En favor de un comercio justo y sostenible.