Imperio Incaico es el nombre que le dan los conquistadores al Tawantinsuyu. Tawantinsuyu es una palabra quechua que significa, “tierra de cuatro partes” y cada parte es un “suyu”:
- Chinchasuyu: al norte, en la costa.
- Kollasuyu: al sur, valles y llanos.
- Antisuyo: al este, yungas y amazonía.
- Contisuyu: al oeste.
El Tawantisuyo fue el imperio más extenso de Sudamérica. Dominó a otras culturas, como Tiwanaku, su núcleo fue el Cuzco, su forma de organización social se basaba en el ayllu (comunidad formada por varios grupos familiares) y se advertía una marcada estratificación de las clases sociales.
El Estado tenía como cabeza al Inca, una persona divinizada y adorada por su pueblo. Se creía que descendía del sol, que tenía poderes absolutos y su mujer principal gozaba de un rango similar.
Las leyes del Inca eran acatadas por todos con absoluta obediencia. La nobleza incaica estaba formada por los descendientes directos del Inca, quienes gozaban de todos los privilegios, no debían cumplir obligaciones impositivas, tenían grandes extensiones de tierras, podían desposar a las mujeres que deseen, para formar su harén, vivían rodeados de lujos y oro, etc.
En el último escaño social se encontraban los esclavos, quienes debían realizar trabajos forzados en las minas.
Sus deidades principales eran: Viracocha, Inti (Sol), Mamacocha y la Pachamama. Tenían centros religiosos y santuarios de piedras para adorar a los dioses (apachetas). La iglesia estaba mantenida por el Estado y cumplía un rol social muy importante.
La base de su economía era la agricultura. Sus principales cultivos eran de tubérculos (como la patata, el ulluco, etc.), maíz, quínoa, frijoles, algodón y coca (en tierras bajas). También se dedicaban a la cría de camélidos.
La lengua oficial del imperio era el quechua, este idioma mantiene vigencia hasta nuestros tiempos. Si bien no habían desarrollado una escritura, se cree que utilizaban los quipus, un sistema de cuerdas con nudos, como forma de comunicación escrita.
Una de las manifestaciones artísticas más apreciadas por los incas era el teatro, cuyo guión se basaba en hechos históricos y cuyos actores eran nobles en su totalidad.
También contaban con una vasta producción de instrumentos musicales de viento (quena, pututu, pincullo, etc.) y percusión (tinya, huancar). Su música se desarrolla coetáneamente con la danza. Interpretaban ritmos como el Wayno y el Harawi, que se caracterizaban por tener una seductora cadencia melódica.
Su arquitectura se distingue por su solidez y monumentalidad. Sus construcciones tienen formas simétricas y sencillas.
Desarrollaron una extensa red caminera que conectaba todo el imperio y las personas que más transitaban por ella eran los chasquis. Los chasquis eran los mensajeros del Inca y estaban entrenados para correr a gran velocidad, utilizando un sistema de postas. En Bolivia, se mantienen intactos varios de los caminos del Inca como el Choro y el Takesi que unen el altiplano con los yungas.
Los incas eran guerreros y desarrollaron sus conocimientos bélicos más que cualquier otro pueblo americano. Consolidaron su imperio, gracias a su poder militar.
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