Las muñecas de trapo vienen entreteniendo a los niños desde tiempos remotos. Pilar Lara contribuye a mantener esta tradición, mediante la fabricación de las Pilinchas.
Motivada por la maternidad, la artesana cultiva este hermoso oficio desde muy joven: “Nacieron mis hijas y empecé a hacer las muñecas para que jueguen con ellas. La muñeca es siempre un juguete bien apreciado en todo los tiempos y se me ocurrió hacer muñecas para vender, porque además me gustaba y salió bien Un día mientras realizaba estas muñecas, me visitó una amiga quien me pidió una para su hijo. Un día, el niño vino a la casa con su muñeco y me dijo: ‘Se ha roto mi pilincha’, porque mi apodo es Pily y se quedaron con ese nombre…Soy admiradora de la chola paceña, es tan femenina, tan hermosa, tiene un donaire y encanto especial y he mostrado eso con la muñeca. Así la Pilincha ha gustado más y hoy la conocen en Córdoba, Argentina; Chile; Suiza, Estados Unidos y en muchos lugares”
Actualmente, el taller de doña Pilar emplea a 14 artesanas que fueron capacitadas por ella misma. Las muñecas que fabrican en este taller son productos ecológicos (elaborados a mano, con algodón natural) que recorren el mundo, representando a la cultura boliviana.