Doña Aurelia es una risueña cholita, que muy amablemente nos abrió las puertas de su taller a fin de compartir con nosotros sus experiencias como empresaria, tejedora y artista.
Su taller está ubicado en la ciudad de El Alto, en la Zona de Villa Adela (a 1h30 de la ciudad de La Paz). Para llegar, se deben tomar dos movilidades. La primera sale de la ciudad de La Paz y la segunda de La Ceja, uno de los lugares más concurridos, congestionados y peligrosos de El Alto. Una vez, que se ingresa al autobús se debe esperar que este se llene, para partir.
Luego de recorrer ese extenso trayecto, arribamos a la puerta azul de Doña Aurelia, quien nos recibió con mucho entusiasmo y nos hizo pasar a su taller, situado al fondo del largo patio de su casa, donde nos esperaba en compañía de su marido, Jovino.
Jovino, al igual que su esposa, es una persona muy simpática que trabaja como tejedor en esta empresa familiar.
Entrevista
Caserita:
cuéntenos un poco sobre los inicios de la empresa y cómo fueron creciendo
Doña Aurelia:
ya no me recuerdo hace cuanto he empezado, con la Caserita.com estoy hace ocho años, los conocí en una feria.
Trabajo con la máquina, pero hilvano y coloco los cierres (cremalleras) a mano.
Sus hermanos le enseñaron a tejer a mi marido y él me enseñó a mí, los dos solitos no más trabajamos, pero tengo un costurero al que llamo cuando hay harto trabajo, mis hijos también me ayudan. También tengo otro que me ayuda con el macramé.
Más que todo trabajo con la Caserita no más, antes exportaba con el Señor de Mayo. Les gusta trabajar con migo porque no fallo, otros son impuntuales en la entrega. La Caserita no me pide mucho con figuras, prefieren diseños de colores enteros, en cambio un cliente de Chile, que no llama tan seguido, me pide con hartas figuras. Me conviene más trabajar con la Caserita por que paga bien y al contado, igual tengo caseritos sueltos que me llaman, tenía unos caseros rusos que los conocí en un puesto que tenía en la San Francisco, pero perdí contacto con ellos porque
perdí mi celular (móvil). Trabajo sólo con lana de alpaca que le compro a COPROCA, que han aumentado sus precios.
Me gusta trabajar aquí porque aquí mismo está mi casa, aquí tenemos cuatro máquinas. Tengo tres hijos que estudian y a veces me ayudan, mi hijo plancha, por ejemplo, cuando hay mucho trabajo. Entre familia no más trabajo, cuando hay mucho trabajo contrato un taller que tenga máquina y hago el control de calidad. Mi mejor amiga es Doña Sandra. Junto con Doña Sandra y otros artesanos, pertenecíamos a una asociación, con el Señor de Mayo trabajábamos. Recién no más me llamaron del Señor de Mayo para trabajar, pero no quiero fallar a la Caserita. Los de Waliki también nos han rogado que trabajemos, hace años mi marido trabajaba como tejedor con ellos, con tarjeta trabajaba.
Ahora quiero comprarme una máquina como la de doña Sandra que es parecida a un telar, y voy a pasar cursos para aprender, aquí en El Alto, eso no más me falta
nuestras máquinas bien caras nos han costado, casi 800 $us., pero ahora las hacen en China y cuestan 1000 Bs., pero son de mala calidad, no duran. Tardo como cuatro horas en tejer una chompa, pero en lo que más se tarda es en hilvanar, poner cierres, esconder las lanas, poner etiquetas, planchar. Las chompas con muchos diseños demoran dos días en tejer
Antes salíamos a ferias, en Palacio Chico, pero ya no queremos saber de ir, porque una vez nos robaron, se entró un ratero (ladrón), se llevo las mantas de vicuña de un asociado y, entre todos, tuvimos que reponer. Por suerte, conocí a Giovana y con Caserita, no más, trabajo.