Cuando un extranjero llega al aeropuerto de El Alto a 4000 metros sobre el nivel de mar, y pasa en taxi por las calles de la ciudad antes de llegar a La Paz, probablemente no sacará su cámara fotográfica inmediatamente. El paisaje que se dibuja muestra casas de ladrillos sin pintura y apretujadas unas contra otras, carreteras rectas y atestadas por minibuses, personas agobiadas abriéndose paso por entre pequeños puestos de venta, lustrabotas y transito caótico, perros callejeros y un concierto ensordecedor de bocinas. Esa es la primera impresión de El Alto.
Pero hay que ver el origen y la inmensa influencia de la ciudad El Alto en Bolivia para quedarse fascinado.
Una nueva ciudad que alcanzó el millón de habitantes en menos de 100 años
Hace cien años en el área de la actual ciudad se extendía solamente la infinita pampa del Altiplano boliviano. La gente prefería vivir en la ciudad La Paz que está ubicada en un valle más cálido y protegido del viento. Cuando La Paz creció y ya no había mas espacio en el valle, la gente empezó a instalarse en las tierras altas aledañas.
En el año 1925 se fundó un aeropuerto militar en esta región, lo que atrajo a un gran número de comerciantes, este asentamiento hizo que en los años 50, la ciudad fuera conectada a la red de suministro de agua de La Paz. Las industrias que no encontraban cabida en La Paz, fueron atraídas por este enorme territorio plano y expedito que a su vez atrajo la mano de obra, esencialmente del campo y de origen aymara que llegaban a El Alto en busca de una mejor vida.
Ya en 1952 se notaba una mayoría aymara en la población. Debido al éxodo rural desde el altiplano en 1932 debido a la guerra del Chaco; en 1952, por la revolución Nacional del 9 de abril que da lugar a la reforma agraria y en 1985 debido a la relocalización de los mineros, la urbanización creció astronómicamente y logró en 1988 el reconocimiento de ciudad independiente.
Los habitantes de El Alto se hacen respetar constantemente por su fuerte unión. En el año 2003 los movimientos de El Alto causaron la guerra del gas y apoyaron la subida de Evo Morales al poder, primer presidente indígena del continente americano.
La vida en El Alto
Hoy en día la ciudad más joven de Bolivia cuenta con aproximadamente 1 millón de habitantes, lo que la convierte en la segunda ciudad más poblada de Bolivia después de Santa Cruz.
La gente vive mayormente del comercio, sus artesanos y sus minibuses, que funcionan como transporte publico. Pocas personas tienen un trabajo fijo con beneficios sociales.
Aunque El Alto a primera vista parece pobre y casi hostil, viven ahí incontables millonarios y familias, que disponen de mucha riqueza.
La gente aymara enriquecida ha desarrollado su propio estilo de arquitectura: casas de tres a siete pisos con fachadas de colores llamativos y ornamentos de la cultura andina. En la planta baja de los inmuebles se encuentra una tienda, un taller o un garaje. El primer piso muchas veces funciona como salón de eventos y esta decorado generosamente con estuco, arañas de cristal, colores fuertes y espejos. Los pisos de arriba quedan muchas veces vacíos y sirven como “futura herencia” para los hijos. En el último piso se construye una casa clásica y muy adornada con balcón y techos de teja. Aquí viven los dueños.En contraste con esto, existe una gran pobreza en las periferias. Muchas veces los campesinos humildes vienen con grandes esperanzas a la ciudad, pero no están preparados para la vida urbana. Sin hablar bien español o sin saber leer tienen que encontrar trabajo para alimentar a sus numerosos hijos. Viniendo de pequeños pueblos la gente no es consciente de los peligros de una ciudad grande: enfermedades, violencia, alcoholismo y adicción a drogas son la consecuencia en muchos casos. Por eso en El Alto se encuentra una gran cantidad de ONGs nacionales e internacionales.
Con el gobierno de Evo Morales, se pusieron en marcha muchas iniciativas para mejorar la calidad de vida en El Alto. Esta ciudad constituye la base del nuevo movimiento indígena de un país que demanda autonomía para sus pueblos.
Una ciudad dinamica
El Alto – una ciudad fascinante, cuya población se ha multiplicado por 10 durante los últimos 20 años y cuya mitad de la población tiene menos que 19 años. La primera ciudad, donde indígenas llegan a ser millonarios y crean su propia cultura urbana. Una ciudad que se hace respetar en la política nacional por su imperturbable unión.